Cierto día, platicando con una gran amiga, me hizo un comentario que me dejó pasmada. Me comentaba que se dirigía a su trabajo. Ella sale de su casa a las 5:00 am para llegar a tiempo y debe de irse por carretera para llegar a su destino. En una ocasión, le llamó la atención algo que, hasta ese momento, jamás se había percatado: vió miles de lucecitas prendidas. Luces de casas, de hogares, de sitios, cada uno con una historia.
Las reflexiones que hizo, realmente me dejaron pensando en que defivinitivamente, nos dejamos llevar por el ritmo acelerado y vertiginoso que vivimos cotidianamente, pero, a la vez, a pesar de las historias que estuvieran suscitándose en ese momento, es importante el tomar conciencia de quiénes somos y dónde estamos.Me ha sucedido en repetidas ocasiones, que pierdo incluso, la dimensión de las cosas. Y no es que no esté al pendiente o alerta de lo que ocurre, simplemente, me ocurre más, cuando miro al cielo y veo las miles y miles de estrellas que existen y que brillan en las alturas... Muchas veces, siento la presencia de otras civilaciones más desarrolladas y avanzadas que desde el cielo, nos vigilan e imagino qué puede haber más allá de mi hermoso planeta... Cuando me percato de ello, realmente me siento muy pequeñita, me siento como una partícula más, que forma parte de este universo.
Hace poco, recibí algunas fotografías de cómo se ve la tierra y realmente, me sentí aún más pulga. No cabe duda que somos un alfiler en un pajar y la inmensidad de nuestro planeta es enorme en comparación con nuestras vidas...
Tantas historias contadas, tantas vivencias obtenidas, y sin embargo, son millones de cosas en las cuales tenemos que poner más atención a nuestro alrededor. Formamos parte de una nueva era, de una época de cambios y transformaciones, de una época donde tenemos que tomar conciencia de dónde estamos parados y simplemente, valorar más lo que somos y lo que poseemos. Solo así, nos daremos cuenta de que estamos llenos de bencidiones y creo que le daremos realmente valor al hecho de estar vivos, sanos y completos.
Agradezco los comentarios y las palabras de Anabell del Carmen Sánchez Dávalos, ya que inspiraron esta nota que invita a la reflexión. Así mismo, a todas aquellas personas que han aportado ideas para generar nuevos conceptos...
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